Se ha subrayado ya la escasa atención que se ha dedicado en la literatura pedagógica al estudio de este núcleo temático. En los planteamientos de la instrucción que han venido predominando, los materiales curriculares suelen aparecer inscritos bajo el epígrafe de medios y recursos didácticos: una vez definidos los objetivos y contenidos, y establecida la metodología, correspondía seleccionar los medios más eficientes para que los escolares llevasen a cabo los aprendizajes previstos. En otros países-y sobre todo a partir de los años setenta- se publicaron con ese objeto obras muy reconocidas que pretendían orientar la elección y el uso de los medios didácticos más idóneos. Algunas de estas obras tienen una orientación más abierta, pero a menudo los textos que se han presentado dentro de esta línea manifiestan una concepción claramente instrumental y eficientista, en la que los medios se consideran desde una óptica bastante limitada, obviando algunas de las dimensiones más relevantes en el empleo de los materiales curriculares y centrando su interés en la optimización del proceso de aprendizaje, promoviendo la máxima eficiencia en la transmisión de los contenidos de la enseñanza; una finalidad a la cual se subordina de forma absoluta el, uso de los medios didácticos. En cambio quedan relegadas cuestiones como la relevancia de aquello que se aprende, las determinaciones existentes en este campo, las implicaciones que se derivan del empleo de unos u otros materiales, etc.
|