Para muchos habitantes del mundo universitario no es extraño encontrase con situaciones, con modos de ser y hacer las cosas y con personas que alertan de los cambios que, en este ambiente, se vienen presentando. Estos llamados de atención no están relacionados con variaciones en los paradigmas científicos, ni con la crisis que presentan las disciplinas que hacen parte del laberinto académico. Son preocupaciones del mundo cotidiano, cercanas a las experiencias que configuran los ámbitos relacionales, conversacionales y de actuación que tienen que ver con el encuentro cara a cara con el otro, que creíamos conocer en sus maneras de pensar, de presentarse, de expresarse, de valorar y aprender. Son inquietudes que tienen que ver con la crisis de lo predecible en la relación con la alteridad.
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