Valorar efectivamente las actividades que para aprender a investigar desarrollan los estudiantes, siempre ha sido difícil. Evaluar solamente el producto final del proceso de investigación de éstos, no solo es limitante, sino que muchas veces falla en la apreciación del alcance real de sus habilidades. ¿Fueron capaces los estudiantes de plantear el problema, buscar, evaluar, analizar y hacer uso de la información efectivamente? Este es el verdadero reto.
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