Esta frase introductoria muestra cómo, mediante la creación de ambientes de trabajo para lograr aprendizajes significativos, podemos generar cambios educativos si se realizan desde dentro, no sólo del sistema educativo y sus instituciones, sino dentro de cada uno de nosotros; no es una tarea fácil, pero tampoco imposible. El reto es educar a los educadores.
Por esto, el contexto social y económico en el que se inscribe el inicio de nuestra gestión a partir de agosto del 2002, está marcado por la transición. Entendemos por transición una etapa en la que la tradición heredada sigue teniendo fuerza y al mismo tiempo surgen demandas que la rebasan; digamos que es un momento de incertidumbre en el que las anteriores reglas de juego ya no funcionan y aun no se establecen las nuevas. Así, cuando el cambio de valores que se viven no ha sido dirigido o planeado, un nuevo régimen político debe aprender a negociar con otros actores sociales, a comprender las dinámicas que sostienen los servicios educativos antes de transformar sus estructuras mediante un cambio planificado.
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