La experiencia cotidiana lleva al niño a experimentar continuamente el estado topológico del ENCIMA / DEBAJO; precisamente su misma estatura, no de acuerdo con los objetos que lo rodean, le permite vivir continuamente tales valores topológicos.
Sin embargo, los términos con los que él expresa estas situaciones son aproximativas y deben ser profundizadas y ampliadas. El estar "Encima" significa ante todo, para el niño, estar apoyado o, en el mejor de los casos, estar "encima" verticalmente.
El estar es algo que está referido al plano originado por el objeto-referen cia. Un cuadro colgado en la pared, difícilmente es percibido por el niño como algo encima del plano del pupitre. De ahí, la exigencia de hacer llegar al niño a una formalización del concepto de "encima"/"debajo".
Es indispensable, al principio, que el plano de referencia determine inequívocamente la división del espacio en dos partes encima/debajo; se aconseja, pues, partir asumiendo como objetos de referencia superficies amplias para facilitar, incluso visualmente, la percepción de la ampliación de este plano.
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