Vivimos en una época a la vez estimulante y terrible. Por todas partes hay crisis. Los cambios no se acaban. Estamos viviendo una mayor flexibilidad económica, mayor complejidad tecnológica, mayor diversidad cultural, una incertidumbre moral acrecentada y las crisis de las identidades nacionales. Algunos han denominado "postmoderno" a esta época de incertidumbre, diversidad y complejidad (véase una revisión en: Hargreaves, 1994). Esta era postmoderna es también una época de paradojas (Handy, 1994) -enunciados o situaciones aparentemente absurdos o contradictorios-, cada vez más evidentes en la educación y fuera de ella. Esas paradojas son sintomáticas de un mundo en rápida transformación, que nos empuja en muchas direcciones al mismo tiempo.
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