En los años ochenta el gobierno de los Estados Unidos fomentó la cooperación entre la industria y las universidades para llenar vacíos financieros y afrontar la competencia de los mercados globales, mediante legislaciones que permitieron a las entidades académicas formar empresas rentables y obtener utilidades de las patentes. Al comienzo del presente siglo las vinculaciones de universidades con el sector privado habían crecido significativamente a través de subvenciones para investigaciones, licencias de patentes y, en algunos casos, la formación de nuevas empresas, principalmente en las universidades dedicadas a la investigación en las ciencias duras. En respuesta a estas oportunidades empresariales, las directivas universitarias desarrollaron políticas de propiedad intelectual (PI) para facilitar la comercialización de la investigación. El propósito de este estudio es explorar las diferencias de las políticas de PI entre nueve universidades, considerando la forma como dichas políticas pueden tener influencia sobre los compromisos de los académicos involucrados en investigaciones lucrativas, a la luz de los modelos existentes sobre el desempeño y los logros de los investigadores.
|