Es una realidad que han cambiado los modos y los medios, los canales y los sistemas sígnicos de comunicación, y todo ello está afectando a la comunicación en sí que ofrece, por un lado, una mayor capacidad de conectividad entre todos los elementos sociales, ayuntamientos y ciudadanos, profesionales y usuarios, jóvenes y menos jóvenes, hombres y mujeres, seres alejados por la distancia, la nacionalidad, las lenguas, y por otro socialmente la apariencia de distanciamiento entre aquella realidad que resulta más cercana, la familia, los seres cotidianos, las relaciones de calle, de amistad, etc.
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