ࡱ;   !"#$%&'()*+,-./0123456789:;<=>?@ABCDEFGHIJKLMNOPQRSTUVWXYZ[\]^_`abcdefghijklmnopqrstuvwxyz{|}~Root Entry  FMicrosoft Word-Dokument MSWordDocWord.Document.89qadpdddddddd ee+e6eBeOe[egeqeeeeOh+'0 h t 258@7K`@)@pd@l   "k0k?kLk\kkk}kk [>>Predeterminado1$*$CJmH BA@BAbsatz-Standardschriftart6U6Vnculo InternetB* >***Vietas OJQJCJ<<Smbolo de nota al pie<&!<Ancla de nota al pieH*<1<Carcter de numeracin@*A@Ancla de nota al finalH*:Q:Smbolo de nota final:b: Nota al pieCJ<r<Encabezamiento  #':)'1@KS9X}kPnqu#|֏#L'C``aѻf ECcz= ^ =  }}xf*nnnnnp:-C\Pr֓fyz{|}~Ek';O[L^o0~b+4fOJQJ6OJQJQOJQJlOJQJOJQJOJQJOJQJOJQJ OJQJ. 6OJQJCJ: QOJQJCJ: lOJQJCJ: OJQJCJ: OJQJCJ: OJQJCJ: OJQJCJ:  OJQJCJ:.6.Q.l..... ..6.Q.l..... ..6.Q.l..... ..6.Q.l..... ..6.Q.l..... .fP@ GTimes New Roman5Symbol3&ArialGTimes New Roman9StarBats7&Verdana5&TahomaCFComic Sans MS9StarBats"hiEiE'0k%2<FPZdn{lq'0;CJS`ix9 ,:DNXfoxIf!*oy ]tx88\$' 4 Seminario conflicto urbano y jveneS APROXIMACIN A una tipologa de ENFOQUES Y CONCEPTOs en el trabajo con JVENES corporacin juan bosco cali Por: Carmen Rengifo Castillo Santiago de Cali, Junio de 2002 CONTENIDO CONSIDERACIONES GENERALES DE LOS ENFOQUE S Y CONCEPTOS EN EL TRABAJO CON JVENES 1. El Enfoque epidemiolgico y el concepto de joven en alto riesgo. Caractersticas del enfoque Premisas ms importantes de este enfoque El concepto de joven en alto riesgo 2. La doctrina de la situacin irregular y el concepto de menores en situacin irregular. Caractersticas del enfoque de la doctrina de situacin irregular El concepto de menores en situacin irregular 3. El enfoque de la proteccin integral y la nocin de joven como sujeto de derechos y deberes. Los aspectos mas relevantes que establece la convencin y que permiten caracterizar la Doctrina de la Proteccin Integral o Perspectiva de los Derechos de nios, nias y jvenes. 4. EL ENFOQUE DE LAS SOCIEDADES INCLUYENTES Y LAS NOCIONES DE POBLACIN EXCLUIDA Y VULNERABLE. REFLEXIONES FINALES CONSIDERACIONES GENERALES En esta reflexin se presentan algunas generalizaciones aproximativas a los enfoques y categoras de joven que han predominado en el marco normativo colombiano, en la formulacin de polticas, programas y proyectos, y en las prcticas de intervencin social promovidas tanto por entidades gubernamentales como no gubernamentales. No obstante, es preciso anotar que esta tipologa se presenta como un cuadro de simplificaciones que no tiene la pretensin de agotar la descripcin de los aspectos que pueden definir cada enfoque, como tambin, la diversidad de perspectivas que se han puesto en juego en el trabajo con jvenes. Esta limitacin, es precisamente una motivacin para continuar indagando acerca de las fortalezas, debilidades y riesgos que estos enfoques nos plantean. Conviene sealar adems, que los enfoques que aqu se describen no solo han coexistido en el tiempo, sino que, en algunos casos, han operado complementariamente, propiciando en las diversas experiencias un sincretismo en los presupuestos conceptuales y formas de implementacin. La importancia del tema Enfoques y conceptos en el trabajo con jvenes radica desde mi punto de vista, en la posibilidad que ofrece de cuestionar y replantear los paradigmas tericos y culturales desde los cuales la sociedad, el Estado, las organizaciones sociales y particularmente los adultos, hemos visto a los jvenes y definido cursos de accin, amparados equivocadamente en creer saber que es mejor para ell@s, lo que les conviene y lo que no les perjudica o en el una supuesta inmadurez e incapacidad de stos para aportar a su propio desarrollo como personas. Por ltimo quiero precisar, que este trabajo es fruto de una revisin documental, inscrita en un proceso de reflexin y fortalecimiento institucional que hemos venido realizando en la Corporacin Juan Bosco desde 1997, en el cual se han volcado esfuerzos por analizar crtica y proactivamente nuestros referentes conceptuales y la forma de trabajo que desarrollamos con los y las jvenes, familias e instituciones en los sectores populares de Cali. De los enfoques y conceptos en el trabajo con jveNES En numerosas investigaciones, polticas sociales, programas y/o proyectos inscritos en el tema de juventud y en el campo de trabajo con jvenes, es comn encontrar una variedad de enfoques y categoras de joven, que han sido y son soportes conceptuales en el anlisis de fenmenos sociales que tienen como protagonistas a los y las jvenes o que operan como representaciones que desde el mbito cultural estructuran las relaciones sociales. Nociones como el de jvenes vulnerables, jvenes en alto riesgo o jvenes en situacin irregular, son utilizados en ocasiones como sinnimos, a pesar de estar inscritas en perspectivas analticas distintas, y de tener diferencias en su significado. Se presenta a continuacin una descripcin aproximativa de cuatro enfoques prevalentes en las prcticas de intervencin social con jvenes, centrndome en la identificacin de los elementos que les son caractersticos y en el concepto de joven que proponen. 1. EL ENFOQUE EPIDEMIOLGICO Y EL CONCEPTO DE JOVEN EN ALTO RIESGO. La epidemiologa ha sido definida en una de sus acepciones como un razonamiento y un mtodo de trabajo objetivo, propuesto en medicina y en otras ciencias de la salud, aplicado a la descripcin de los fenmenos de salud, a la explicacin de su etiologa y a la investigacin de los mtodos de intervencin ms eficaces (Jenicek). Esta disciplina ha se enriquecido terica y metodolgicamente estableciendo intercambios con otras disciplinas como la demografa, la sociologa y la estadstica. Caractersticas de este enfoque: Su particular inters por las epidemias o patologas que se focalizan en un mismo lugar geogrfico y atacan a varios individuos a la vez. Busca describir sus patrones de ocurrencia, medir su frecuencia, identificar los factores que conducen a su aparicin, anticipar el pronstico de las mismas y proponer mtodos eficaces para el diagnstico, tratamiento, erradicacin, y vigilancia del fenmeno, que permitan en ltimas, la conservacin de la salud de los individuos. La nociones centrales son los factores de riesgo y factores de proteccin; recurre al primero para explicar la etiologa de la patologa, y al segundo para determinar las variables que pueden inhibir, reducir o atenuar la probabilidad de ocurrencia del fenmeno. Premisas mas importantes de este enfoque: a. Entender la salud como el producto de las interacciones entre los seres humanos y su medio, en donde el resultado puede ser de xito = salud o fracaso = enfermedad; b. Entender que la nocin de fenmeno de grupo o de masas, no es exclusiva de las enfermedades epidemiolgicas (un ejemplo de ello puede ser el envejecimiento de la poblacin); c. Asumir que diversos factores etiolgicos pueden ser comunes a varias patologas y que el efecto de un factor o de la red de interacciones causales no tiene porque ser inmediato; d. Que el modelo epidemiolgico por bueno que sea no puede equipararse a un modelo explicativo de las ciencias naturales, pues en las enfermedades operan factores predictores de orden biolgico y social; e. Que la tipificacin del fenmeno como problema de salud no es posible fuera de su contexto y de su relacin con otros aspectos sanitarios, polticos, econmicos, culturales y sociales. Como se anoto mas arriba, las nociones claves para la observacin del fenmeno epidemiolgico son los Factores de Riesgo y los Factores de Proteccin. Un factor de riesgo se define como una caracterstica (personal, familiar, grupal, social...) cuya presencia aumenta la probabilidad de que se produzca un determinado fenmeno; es una variable que, en alguna medida, sita al sujeto en una posicin de vulnerabilidad social, psicolgica, emocional, y/o fsica, que puede ocasionar la aparicin de una situacin considerada como patolgica. El factor de riesgo es central por la utilidad que tiene cuando se trata de delimitar las variables que tienen una alta probabilidad de asociacin con la ocurrencia de un fenmeno. En este sentido, el esfuerzo metodolgico de los estudios e intervenciones sociales que se apoyan en esta nocin, es identificar el conjunto de condiciones que subyacen al hecho social objeto de anlisis y determinar cmo se ordenan y se correlacionan esos factores entre s. La premisa sobre la cual se sustenta este inters, es que la identificacin temprana del riesgo y una intervencin que utilice estrategias adecuadas a la edad y nivel del riesgo, aumentan las probabilidades de que quienes reciben el servicio no atraviesen el umbral de la patologa. En la precisin de la nocin de factores de riesgo se aduce que esta tiene una connotacin probabilstica y no determinista, y en este sentido no llega a tener el status de causas en la ocurrencia de los fenmenos; los factores de riesgo operan mas como elementos predictores. En segundo lugar, ningn factor de riesgo por si mismo hace probable que se presente el hecho, sino que, se tiende a admitir una correlacin de factores o variables que interactan, modulan e influyen entre si, y entre estos y el fenmeno en cuestin. Por otro lado, se han sugerido diversas clasificaciones de los factores que intervienen en la ocurrencia de los fenmenos epidemiolgicos. No obstante, la mayora coincide en diferenciar factores externos e internos al sujeto. En el primer nivel se ubican los factores macrosociales que tienen que ver con la estructura econmica, legal y normativa de una sociedad, y los factores microsociales relativos a mbitos de interaccin y socializacin mas prximos al individuo (factores de riesgo familiar y factores de riesgo relacionados con el grupo de amigos). En el segundo nivel, referido a los factores microsociales, se encuentran las variables individuales (personalidad, habilidades, actitudes, valores) que aunque constituyen caractersticas propias a cada individuo, tambin se generan en la interaccin social. El concepto de joven en alto riesgo Como se ha sealado la nocin de alto riesgo tiene su origen en el campo de la salud, con gran difusin en los estudios de epidemiologa mdica, especialmente de las enfermedades cardiovasculares y de dolencias crnicas. Con el tiempo este concepto se incorpor a las diversas disciplinas de las ciencias sociales y ha sido utilizado especialmente en los estudios sobre conductas antinormativas y de desviacin social. En el campo de las prcticas de intervencin social con jvenes, ha sido referente en la prevencin y tratamiento del consumo de sustancias psicoactivas, la salud sexual y reproductiva, la violencia y delincuencia juvenil, donde la prevalencia de los y las jvenes en el comportamiento de indicadores como las tasas de homicidios, el embarazo precoz y el consumo de SPA han servido de soporte emprico para que sean considerados problemas de salud pblica, y prioridad en las polticas y programas de gobierno a nivel local, departamental y nacional. En esta perspectiva los jvenes en alto riesgo son aquellos que tienen una alta probabilidad de presentar la aparicin de determinado fenmeno o patologa social, porque en su condicin individual y social convergen los factores de riesgo asociados al evento en cuestin. De acuerdo al estudio Evaluacin de los programas para nios y jvenes vulnerables, las intervenciones cuyo enfoque es la reduccin del riesgo, pueden operar en varios niveles a saber: 1. Prevencin primaria, diseadas para evitar resultados negativos en poblaciones que tienen, al menos estadsticamente, una alta probabilidad de experimentar problemas (antecedentes del riesgo). 2. Prevencin secundaria, cuyo fin es brindar ayuda y alternativas a jvenes que presentan manifestaciones tempranas de problemas incipientes (indicadores de riesgo). 3. Prevencin terciaria, que brindan tratamiento y correctivos a quienes experimentan comportamientos problemticos o resultados negativos. Una ejemplo de la acepcin de jvenes en alto riesgo es aquella que los define en razn de la privacin del ejercicio de algunos derechos, del acceso a bienes y servicios ofertados por el Estado y la sociedad, y de la fractura de la convivencia social en los escenarios donde se desarrollan. En esta lnea encontramos la definicin de jvenes en alto riesgo propuesta en 1997 por Adelina Cobo, directora nacional del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar: Podramos afirmar que son aquellos cuyas familias no forman parte de los circuitos econmicos activos, aquellos que estn por fuera o corren alto riesgo de no entrar a avanzar adecuadamente al aparato educativo, aquellos que no acceden a una oferta de servicios de salud, recreacin y deportes, mnima a lo largo de su adolescencia; aquellos que crecen en contextos culturales y de relaciones afectivas signadas por la violencia, la intolerancia, el desafecto y el maltrato, como expresin cotidiana y como dominante de relaciones humanas. Estos jvenes, estn en alto riesgo de no tener ni de poder acceder a un lugar digno en la Colombia que estamos construyendo hoy. Estn en riesgo de no acceder a los bienes y servicios que ofrecen tanto el Estado como la sociedad, pero quiz de manera ms alarmante y preocupante, en alto o en altsimo riesgo de ni siquiera ejercer el derecho ms vital y preciado por cualquier ser humano: el DERECHO A LA VIDA. De esta definicin se pueden resalta varios aspectos. Supone el reconocimiento de la existencia de desigualdades sociales en el seno de la sociedad colombiana, la violacin de los derechos fundamentales de los y las jvenes por parte del Estado al no garantizar su acceso y ejercicio, y el incumplimiento por parte de ste de la normativa jurdica de proveer la proteccin al menor y mejorar la estabilidad y el bienestar de las familias Colombianas (Ley 75 de 1968, Constitucin Nacional Arts.13,44,45,50 y la Ley 12 de 1991 por medio de la cual el Congreso de la Repblica aprob la Convencin sobre los Derechos del Nio). Puede decirse adems, que esta definicin complejiza la nocin de jvenes en alto riesgo propuesta desde el enfoque epidemiolgico, pues contiene implcitamente una crtica al modelo de sociedad colombiana, al plantear que el alto riesgo se configura a partir de las deficiencias que esta presenta en el orden cultural, social, econmico y poltico; el alto riesgo estara ligado fundamentalmente a factores macro como la desigualdad en la estructura social, la incapacidad del Estado para proteger a los ciudadanos y una cultura antidemocrtica sobre la cual se configuran en la cotidianidad relaciones sociales signadas por el conflicto y la violencia. Es posible imaginar entonces, que una intervencin que se base en la nocin de jvenes en riesgo propuesta por la doctora Cobo, debera no solo garantizar los derechos violados a esta poblacin, sino tambin, realizar cambios sustanciales de aquellas variables que en los mbitos cultural, social, econmico y poltico, confluyen para configurar la red de factores de alto riesgo que afectan el desarrollo de nios, nias y jvenes colombianos. Si bien es cierto que la epidemiologa ha resultado efectiva en la ciencia mdica, la aplicacin en el campo social de este enfoque y de la nocin de jvenes en alto riesgo ha resultado problemtica. Por un lado, soporta la crtica de su corte biologicista, manifiesto en la implcita analoga de que los grupos sociales funcionan como el organismo humano, y en esa medida lo que se busca es recuperar el equilibrio homeosttico tanto en el ambiente externo como interno de los individuos, que les permita no solo alcanzar un buen nivel de salud, sino tambin, mantener el control sobre las patologas sociales asociadas a conductas calificadas como antinormativas y desviadas que amenazan el orden social. Por otra parte, se le atribuye un efecto estigmatizador sobre las poblaciones a los cuales se les ubica en alto riesgo, al definir como epidemia problemas como el conflicto juvenil, lo cual se complejiza cuando los protagonistas son de los sectores populares urbanos. La nocin jvenes en alto riesgo se ha asociado en el imaginario social a la de jvenes peligrosos y violentos, y en algunas experiencias de trabajo en el campo de conflicto juvenil urbano, a construido una representacin aun mas compleja como es la de reconocerles un status de actores armados. Las consecuencias por su puesto no han sido alagadoras, ya que han desencadenado en algunos casos, reacciones que van desde el rechazo a la limpieza social selectiva. 2. LA DOCTRINA DE LA SITUACIN IRREGULAR Y EL CONCEPTO DE MENORES EN SITUACIN IRREGULAR. Este enfoque es conocido tambin como el enfoque compensatorio y represivo y se encuentra explcito en el Cdigo del Menor expedido en el ao 1989, el cual recoge todas las disposiciones en materia de proteccin a la poblacin infantil y juvenil y a la familia colombiana. La Doctrina de la Situacin Irregular se empieza a configurar desde la colonia, poca en la que se tienen las primeras referencias de medidas de proteccin: En 1639, por orden del rey de Espaa, se le solicita a los Hermanos de San Juan de Dios que administran el hospital de Santaf de Bogot, recoger a las nias y nios recien nacidos que son dejados en las calles y potreros de la ciudad y darles el cuidado y alimentacin necesarias. Contina desarrollndose a la par que se visibilizan nuevas problemticas en la poblacin infantil y juvenil, propiciando adems, el fortalecimiento de la institucionalidad privada y pblica que se encarga de brindar proteccin. Todo este proceso ha sido caracterizado como un penoso trnsito de la caridad y la represin a la proteccin estatal. Con base en la informacin que suministra Paulina Ospina Mallarino en su libro Una mirada a las nias en las Instituciones de Proteccin se ofrece de manera sucinta el siguiente recorrido retrospectivo: Colonia: se hace alusin a una serie de instituciones (Casa de la Caridad, Inclusas, Colegios de Pobres, Convictorios y Casas de Hurfanos) donde de acuerdo con el mandato del rey, deban ir los infantes expsitos, cumplidos los 7 aos. Los menores de 7 aos se enviaban al campo para ser alimentados y criados por Amas de Cra contratadas para este propsito. La poblacin que se atiende son nios y nias pobres, abandonados en la calle o directamente dejados en las instituciones de caridad, como producto de la dificultad de los padres de garantizar las condiciones para su sobrevivencia o porque son fruto de uniones extra o premaritales consideradas vergenza pblica para la mujer que los daba a luz y sus familias. El inters que orientaba a las instituciones era brindar alimentacin, vestido, inculcar hbitos de orden, silencio, atencin, disciplina, sumisin y ensear un oficio que les permitiera ganarse la vida. Siglo XIX: las guerras de independencia y las guerras civiles que se sucedieron posteriormente dejan una gran cantidad de hurfanos, expsitos y abandonados, obligando a las autoridades a preocuparse por el bienestar de esta poblacin. Se expiden decretos que amplan y modifican las instituciones existentes, y se crean instituciones nuevas en favor de la juventud desvalida a quien la vagancia y la indiferencia conducen a la prostitucin y a todos los vicios. La mayora de las instituciones de caridad son creadas, administradas y dirigidas por rdenes religiosas y por personas adineradas. Siglo XX: proliferan las instituciones pblicas y privadas que se ocupan de nios, nias y jvenes que han abandonado a sus familias o han sido abandonados por stas. Se instituye a nivel nacional la responsabilidad del Estado en la poltica de bienestar social de la niez, la juventud y familia y se expiden normas que buscan organizar el sistema de proteccin. La poblacin que ingresa a las instituciones contina siendo infantes y adolescentes pobres (mendigos, prostitutas, vagos, en abandono, mendicidad, orfandad, etc.) por quienes existe la preocupacin de que se conviertan en delincuentes y viciosos y que en general amenacen al tranquilidad de la sociedad. Es evidente la proliferacin de normas jurdicas en este siglo, las cuales no pueden verse desligadas de los profundos cambios demogrficos, econmicos, sociales y de agudas dinmicas de violencia que unidas al desarrollo de polticas internacionales, llevan al Estado Colombiano a asumir un papel mas protagnico en la proteccin de la familia, los nios, nias y jvenes. Hacia finales de los aos ochenta se expide el Cdigo del Menor, en el cual se van a compilar las disposiciones legales, actualizndolas y creando unas nuevas en materia de proteccin a los menores y a las familias. En 1989, el mismo ao en que ve la luz pblica el Cdigo del Menor, es aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas la Convencin Internacional de los Derechos del Nio, ratificada por el Estado Colombiano en 1991 mediante la Ley 12. Estos hechos y la incorporacin en la Constitucin Nacional del 91 del estatuto de ciudadano del nio, nia y joven y el reconocimiento de sus derechos, marcan un quiebre en la doctrina de la proteccin, que an hoy los colombianos no logramos hacer plenamente efectiva ni cultural, ni social ni polticamente. Al mismo tiempo, inauguran un nuevo enfoque conocido como la Perspectiva de Derechos de los Nios, Nias y Jvenes o la Doctrina de la Proteccin Integral. Caracterstica del enfoque de la Doctrina de Situacin Irregular: Le atribuye al Estado la intervencin discrecional sobre los menores concentrando en este las responsabilidades tutelares. Promueve prcticas remediales o curativas y correccionales o punitivas, que se derivan de la condicin en que se encuentre el menor. En el primer caso se busca satisfacer las necesidades y carencias, inspirndose la mayor de las veces, en un sentimiento de compasin y en un criterio de compensacin; en el segundo caso, se trata de aplicar la reeducacin y la vigilancia por la transgresin del menor de los dispositivos jurdicos. Privilegia la restriccin a la libertad y debilita la participacin de la responsabilidad de la familia y la sociedad al utilizar la institucionalizacin o el medio cerrado como escenario para la proteccin, aun cuando no desconoce el medio familiar como mbito para la aplicacin de medidas. En otras palabras, recurre a una excesiva respuesta institucionalizante. Las medidas cumplen una funcin importante en la proteccin. La aplicacin de estas califica o descalifica a los funcionarios judiciales y administrativos y al personal de las instituciones de servicio al menor, dado que si son exitosas se asegura el futuro del menor edad y si fracasan, las consecuencias son sufridas por l mismo, su familia y la sociedad. Propone la categora de menor en situacin irregular; este concepto denota la idea de sujetos dbiles para quienes la proteccin mas que un derecho es una imposicin. Judicializa las circunstancias en que se encuentra un menor, partiendo de su tipificacin como situaciones irregulares; esto evidencia una tendencia a patologizar situaciones derivadas de problemas estructurales como la pobreza. El concepto de menores en situacin irregular El decreto 2737 de 1989 o Cdigo del Menor, en el artculo 30 plantea que un menor, entendiendo por ste a quien no ha cumplido los 18 aos, esta en situacin irregular cuando: Se encuentra en situacin de abandono o de peligro. Carezca de la atencin suficiente para la satisfaccin de sus necesidades bsicas. Su patrimonio se encuentre amenazado por quienes lo administren. Haya sido autor o participe de una infraccin penal. Carezca de responsabilidad legal. Presente deficiencia fsica, sensorial o mental. Sea adicto a sustancias que produzcan dependencia o se encuentre expuesto a caer en la adiccin. Sea trabajador en condiciones no autorizadas por la ley. Se encuentre en situacin especial que atente sus derechos y su integridad. De acuerdo al Cdigo del Menor, la presencia de una o mas de estas situaciones es causal para la adopcin de medidas de proteccin, orientadas a dispensar la atencin que requiera el menor y a restituir los derechos que han sido vulnerados. De lo anterior se deduce que un joven en situacin irregular es aquel que esta afectado por una o varias de las situaciones tpicas antes mencionadas. La situacin irregular supone la violacin de los derechos del menor y su indefencin ante circunstancias que le afectan fsica o moralmente, y que se derivan del incumplimiento u omisin de las obligaciones de quienes por ley tienen a cargo su cuidado y proteccin. La categora de menor en situacin irregular introduce la nocin de MENOR, cuestionada en el terreno jurdico y en las ciencias sociales. Carlos Jimnez plantea que el concepto de MENOR tiene dos significados posibles: el primero proviene del derecho, en la cual se inscribe la doctrina de la situacin irregular, y concibe al menor de determinada edad, o en otras palabras, es menor cualquier persona que no ha alcanzado la mayora de edad (18 aos). Esta minora se caracteriza por una falta de madurez fsica y mental, que al conjugarse con una situacin irregular, da lugar a los cuidados especiales transitorios por parte del Estado y a la concomitante restriccin de las libertades individuales de los nios, nias y jvenes. El segundo significado implcito y encubierto en la denominacin jurdica de menor, alude a una segregacin de unos individuos que se denominan menores, de otros individuos denominados nios, adolescentes y jvenes. Los primeros provienen de familias pobres e incluye los desvalidos objetos de proteccin, los desviados objetos de reeducacin, los desechables objeto de indiferencia social, rechazo o eliminacin fsica a travs de acciones de limpieza social. Todas estas nociones instalan en el orden simblico el estigma social sobre los nios, nias y jvenes a los cuales es posible colocar la etiqueta de menor en situacin irregular, y mueven en el terreno de las prcticas sociales extremos que van desde la compasin a la represin. Esta doble significacin de la nocin de menor, agencia desde las prcticas sociales una perspectiva del orden, pues tras el imperativo de emprender acciones que contrarresten las situaciones que generan la condicin de menor en situacin irregular, reitera el propsito de re-insercin social a travs de acciones remediales y/o compensatorias que no modifican la posicin que ese menor ocupa en la estructura social, y que por lo general lo ubica en los estratos mas bajos de la pirmide social. Por otra parte, contribuyen a legitimar un campo de prcticas institucionales que opera como un colosal dispositivo de proteccin, en el sentido de proveer aquello de lo que carece el menor, y no como un acompaamiento en trminos de co-gestionar la construccin de condiciones materiales y sociales necesarias para la bsqueda de nuevas y diferentes formas de asumir la vida y de ejercer la ciudadana. Dice Jimenez C. al respecto: Estos procesos de sustitucin de la cotidianidad, argumentados en que se trata es de poner inmediatamente en marcha acciones remediales, definidas por la urgencia de dar respuestas, no constituyen otra cosa que avalar el mantenimiento y/o la construccin de dispositivos institucionales cuyo papel ha sido, decidida e inevitablemente, la produccin/re-produccin social de los menores, a travs de las acciones que supuestamente se orientan a su atencin. Desde esta reflexin se hace evidente que s es inobjetable que existen los menores, esto slo es cierto en el sentido de que son socialmente producidos por los esquemas institucionales de atencin. El punto de partida de tales esquemas no fueron los menores. El punto de partida siempre fueron nios, adolescentes y jvenes que iniciaron bsquedas, muchas veces errticas, de nuevas formas de asumir la cotidianidad, y que no encontraron interlocutores con quienes re-simbolizar y re-orientar su existencia. Lo que encontraron como respuesta fue la generacin de esquemas institucionales que se instituyeron a partir de la incomprensin del sentido de su presencia y que, a partir de segregarlos e involucrarlos en sus dispositivos de atencin, los constituyeron en menores. La crtica mas fuerte a este enfoque se resume en la siguiente cita: El actual Cdigo del Menor, es un Cdigo para nios y adolescentes pobres. Evidencia un marcado sesgo a criminalizar la pobreza. Quien no cuenta con recursos materiales o con una familia bien constituida, corre el riesgo de ser fcilmente privado de la libertad por un hecho irrelevante, con el pretexto de protegerle. La normativa actual presenta graves dificultades para garantizar un adecuado juzgamiento y atribucin de consecuencias jurdicas a las conductas punibles de personas menores de dieciocho aos. El uso indiscriminado de la privacin de la libertad, la ausencia de garantas, la falta de segunda instancia, son claros ejemplos. Muchos de los aspectos que han sido mencionados, han llevado a que diferentes sectores sociales y gubernamentales planteen como imperativo de la sociedad civil y del Estado Colombiano adecuar el Cdigo del Menor, marco general de la Doctrina de la Situacin Irregular, y ponerlo a tono con la Constitucin Nacional, La Convencin Internacional de los Derechos del Nio y Ley 12 de 1991, de manera que, la niez y la juventud cuenten con un rgimen especial de garantas frente a sus derechos. 3. EL ENFOQUE DE LA PROTECCIN INTEGRAL Y LA NOCIN DE JOVEN COMO SUJETO DE DERECHOS Y DEBERES. La doctrina de la Proteccin Integral se inaugura con la aprobacin de la Convencin Internacional de los Derechos del Nio el 20 de noviembre de 1989 y su entrada en vigencia a partir del 2 de septiembre de 1990. Su promulgacin desato a nivel mundial la aceptacin de los Estados de este instrumento jurdico y con ello, un proceso de reformas legislativas para adoptar los postulados de la doctrina de la proteccin integral. Sinembargo, se ha sealado que la Convencin hace parte de un proceso que avanza a lo largo de todo el siglo XX, en el que humanistas, pedagogos, mdicos, juristas, se hacen preguntas sobre la manera como se trata y educa a nios y nias, sobre los problemas sociales que son objeto de ese tratamiento o educacin, sobre las condiciones esenciales que son necesarias para su pleno desarrollo, etc. En este proceso se encuentran tambin numerosos antecedentes que dan cuentan de la progresiva inclusin de los derechos de nios y nias en la agenda y declaraciones de organismos internaciones, como tambin, de esfuerzos por crear una institucionalidad a favor de la poblacin mundial infantil y juvenil. Los aspectos mas relevantes que establece la Convencin y que permiten caracterizar la Doctrina de la Proteccin Integral o Perspectiva de los Derechos de nios, nias y jvenes son: Define la proteccin integral como la garanta de todos los derechos. La proteccin integral es ante todo un proceso en el que se brindan y construyen nuevas oportunidades para satisfacer las necesidades y lograr el desarrollo humano de nios, nias y jvenes. La garanta de derechos no opera como beneficencia o compasin, sino como obligacin tica, jurdica y econmica de las generaciones adultas. Define el inters superior del nio como elemento rector de todas las acciones que se desarrollen. Los derechos de los nios priman sobre los derechos de todas las dems personas. Precisa la corresponsabilidad de la familia, la sociedad y el Estado en la garanta de los derechos de nios, nias y jvenes. Esto significa que el Estado es el garante de los derechos, que puede cumplir directamente o a travs de instituciones privadas, la funcin temporal de sustitutos en el cuidado y proteccin de esta poblacin, y que se requiere el concurso de la familia y de la sociedad en el desarrollo de condiciones y la generacin de oportunidades para que esta poblacin pueda ejercer sus derechos y responsabilidades. Reconoce a todos los nios, nias y jvenes como sujetos de derechos y deberes. Esto tiene dos connotaciones. Por otra parte, implica que la ciudadana, concebida como la titularidad de los derechos, es un atributo de los nios, nias y jvenes en general y no de unos pocos. Por el otro lado, los nios, nias y jvenes dejan de ser objeto y pasan a ser considerados sujetos activos en la construccin de sus propias vidas; dejan de ser propiedad privada de los padres y custodiado por el Estado. Por su parte, los deberes visualizan el compromiso de cumplir con las obligaciones que se derivan de la titularidad y ejercicio de los derechos; es decir, que el nio, nia y joven como ciudadanos no son slo receptores de prestaciones, sino tambin, protagonistas activos y corresponsables de su bienestar individual y el colectivo. Una de las implicaciones prcticas de la nocin del joven como sujeto de derechos y deberes se da en el campo del sistema penal colombiano donde se ha abierto un debate en torno a la responsabilidad frente a los hechos punibles realizados por personas mayores de 12 y menores de 18 aos. Algunos sostienen que este status les atribuye responsabilidad penal y civil respecto a las infracciones y contravenciones que cometan a la ley penal, en oposicin a quienes sostienen que solo les generan responsabilidad social. En el caso de las personas menores de 12 aos se plantea que la mayor cuota de responsabilidad por sus actores recae en la familia, la sociedad y el Estado. Las mayores objeciones a esta perspectiva no estn en sus contenidos sino en las posibilidades de hacerla efectiva, al punto que se han generado debates en diferentes escenarios y con distintos actores en la bsqueda de alternativas que acerquen el discurso declarado a nivel normativo con la prcticas sociales e institucionales. Entre los aspectos mas polmicos estn por ejemplo, el de la marcada fragilidad y fragmentacin de la sociedad civil para presionar y exigir que se respete y asegure el cumplimiento de los derechos. Se plantea que los derechos de los nios, nias y jvenes han sido adoptados como un referente jurdico importante, predominantemente de carcter tico, pero se requiere la movilizacin de la sociedad civil para que el Estado cumpla los compromisos adquiridos, dada la diversidad de situaciones que afectan el pleno goce de los derechos de la niez y la juventud. Se cuestiona adems, la legitimidad del Estado colombiano en tanto garante de los derechos, ante la retraccin de este de su intervencin en lo social, en la adopcin de polticas publicas, y de medidas que garanticen las oportunidades para el ejercicio los derechos humanos, de suerte que, las familias y las sociedad puedan solidariamente aportar a garantizar los derechos de nios, nias y jvenes. Finalmente, se suma a estas observaciones la debilidad de una cultura a favor de los derechos de los nios, nias, jvenes, como condicin para que los avances legales puedan hacerse efectivos. 4. EL ENFOQUE DE LAS SOCIEDADES INCLUYENTES Y LAS NOCIONES DE POBLACIN EXCLUIDA Y VULNERABLE. Aun cuando este enfoque no ha sido utilizado en las prcticas de intervencin social con jvenes resulta pertinente mencionarlo en este trabajo porque propone las categoras de excluidos y vulnerables que han comenzado a ser utilizadas en programas y proyectos sociales con jvenes e incluso en los actuales lineamientos del ICBF en la definicin de los criterios de focalizacin de la poblacin a atender en las diferentes modalidades de servicios. Debo de decir que para el desarrollo de este aparte me ha basado en los planteamientos de Alberto Minujin, Eduardo Bustelo y Frances Stewart expuestos en el Libro TODOS ENTRAN. Propuesta para sociedades incluyentes, y en el documento de Norbert Elias titulado Ensayo terico sobre las relaciones entre establecidos y marginados. Para empezar es preciso retomar la observacin segn la cual, el concepto de exclusin no es nuevo en Amrica Latina, sino que puede relacionarse con el concepto de marginalidd de los aos setenta. La definicin de marginados designa a los excluidos de algo en razn de una caracterstica o patrn determinado que propicia la pertenencia. Ese algo puede ser una enorme diversidad de situaciones o posesiones materiales y no materiales, como trabajo, familia, educacin, vivienda, afecto, pertenencia comunitaria, entre otros. El concepto de marginados ha estado presente en los temas de inequidad y pobreza en Amrica Latina. En la dcada del setenta la nocin de marginalidad ocupa un lugar central en los debates sobre los procesos de industrializacin en los que se destacaron autores como Gino Germani, Medina Echavarra entre otros. En ese marco analtico los marginados son sectores populares urbanos provenientes de las zonas rurales que no logran insertarse en actividades productivas en la estructura ocupacional urbana. La marginalidad se asocia entonces, a los sectores sociales que pasaban a integrar los crecientes contigentes de poblacin radicada en reas residenciales perifricas de las ciudades. La marginalidad no constituye meramente una situacin de deprivacin material, sino que denota por sobre todas las cosas un posicionamiento social ms general que coloca al individuo fuera de los canales y espacios formalesy legtimosde produccin y reproduccin social. Asociado a este posicionamiento se encuentran pautas comportamentales y actitudinales que tienden a reproducir un crculo vicioso de pobreza y marginacin. En su uso reciente, este mismo concepto ha cobrado una enorme relevancia en el anlisis de los modelos de desarrollo y los procesos econmicos y sociales de las sociedades contemporneas. Las nociones de marginados y excluidos son utilizadas en ocasiones indistintamente para referirse a sectores que se encuentran al margen de los mecanismos de integracin. No obstante, Alberto Minujin quien se inclina por la nocin de excluidos, sostiene que si bien esta ltima no es nueva en Amrica Latina y que puede relacionarse con el concepto de marginalizacin e informalidad, la aplicacin actual denota un nuevo significado, y adems, constituye un aporte positivo, tanto desde el punto de vista de la comprensin de los fenmenos presentes en las sociedades de Amrica Latina, como del de la formulacin de polticas. Como problema social, la exclusin o marginalidad en su nueva acepcin constituye uno de los rasgos mas importantes del tipo de sociedades que ese estn conformando. En el nuevo marco conceptual los excluidos son un grueso de poblacin que no accede al ejercicio de una ciudadana plena, especialmente en el campo de los derechos sociales y econmicos; el trmino es exclusivo para designar grupos poblaciones en condiciones sociales de fuerte privacin. La inclusin social est referida explcitamente a tener la posibilidad real de acceder a los derechos sociales; ...en particular, la exclusin social se refiere a la imposibilidad o a la no habilitacin para acceder a los derechos sociales sin ayuda, sufrimiento de la autoestima, inadecuacin de las capacidades para cumplir con las obligaciones, riesgo de estar relegado por largo tiempo a sobrevivir del asistencialismo, y estimatizacin La linea divisoria en el significado social de marginalidad de los aos 70 y marginalidad o exclusin en los aos 90, esta en la referencia de este ltimo a la ciudadana civil, poltica y social, que va mas all de los aspectos econmicos y sociales de la pobreza e incluye aspectos polticos que marcan la relacin entre individuo-Estado e individuo-sociedad. As, la referencia a los marginados en la acepcin de finales del siglo XX es mucho mas amplia y complementaria a la centrada en la no incorporacin en los circuitos productivos; conlleva el reconocimiento de una asimetra en el acceso a los derechos econmicos, sociales y civiles con respecto a otros grupos sociales, inequidad que no es nueva, sino que, se ha tornado mucho mas compleja en razn de la implantacin de un modelo econmico que no garantiza sociedades integradas y del debilitamiento de los mecanismos que otrora garantizaran la integracin social, como la salarizacin o el empleo y la polticas de proteccin del Estado del Bienestar. Cabe sealar que, el grupo de marginados o excluidos, esta conformado por aquellas familias en situacin de pobreza extrema; incluye a su vez pobres estructurales trmino que se refiere a aquellos que provienen de una pobreza histrica, y los nuevos pobresintegrados por sectores medios empobrecidos. Las caractersticas generales de este amplio grupo poblacional en el mbito econmico es el desempleo o su vinculacin a empleos no calificados en reas de baja productividad y orientadas al mercado interno o el desempeo en el mercado laboral informal con empleos de baja calidad -bajos ingresos, inestabilidad laboral y no cobertura social-. En el mbito social se caracterizan por la no cobertura en los servicios bsicos, niveles educativos precarios y desvinculacin de los canales de socializacin prevalecientes, tales como la escuela. Resulta relevante en la precisin del significado social de la nocin de marginados o excluidos en la acepcin contempornea, retomar las observaciones que se hacen sobre los peligros del uso generalizado del trmino, como de su utilizacin en forma autnoma a la dinmica social general. El primer riesgo -que sugiere Castel y que es mencionado por Minujin- es la focalizacin en la temtica y la problemtica de la exclusin y de los excluidos sin ninguna consideracin de otros aspectos que constituyen su contra cara o con los cuales estn relacionados, como es la referencia a los incluidos. Otro autor como Norbert Elias llama la atencin sobre este mismo aspecto al sealar que en el anlisis de la dinmica entre establecidos y marginados se requiere un enfoque figuracional, es decir, una perspectiva que considere los grupos en relacin, su interdependencia, pues la condicin para la estigmatizacin y la exclusin de un grupo marginal es un desbalance de poder que se tiene respecto a otro grupo establecido en razn de un patrn que marca la diferencia. La inclinacin solo por los marginados se refleja en la accin social en el aislamiento en zonas de intervencin a travs de programas asistenciales de compensacin y reparacin, que no conducen al fortalecimiento de la ciudadana plena y evitan el desarrollo de polticas redistributivas y la referencia al problema de la inequidad. El segundo riesgo, es tender a la consideracin del trmino marginados o excluidos en una perspectiva esttica y no en un proceso dinmico, es decir, como una condicin inmodificable, de fronteras cerradas frente a otros estadios intermedios como el de vulnerabilidad u opuesto como la inclusin. En este sentido, la nocin de marginados supone una condicin transitoria de un grupo poblacional, que puede variar en el tiempo al perder su especificidad en cuanto a la fuerte acumulacin de desventajas en distintas esferas. Esto puede resumirse en el trminos de que no se esta siempre excluido, salvo en situaciones muy especficas; no hay fronteras cerradas entre la exclusin y la vulnerabilidad. Por su parte la nocin de vulnerabilidad supone la inclusin en algunos aspectos y la exclusin en otras. Se denomina vulnerabilidad porque quienes se ubican en esta zona de la estructura social presentan una situacin de poca estabilidad y con tendencia a descender a la zona de exclusin. La zona de vulnerabilidad esta formada por sectores pobres que tienen o buscan alternativas de inclusin y por sectores medios empobrecidos que han perdido canales de inclusin. Esta es la zona que se ha ido ampliando en los aos recientes hasta abarcar a amplios grupos de poblacin. Los que estn en esa situacin tratan, ante todo, de mantenerse en la misma, buscando no seguir cayendo o no retroceder. Las posibilidades de pasar a la zono de inclusin son bajas en la mayor parte de los pases de la regin, ya que depende de una serie de condiciones que van desde los niveles de educacin, el punto del ciclo vital en que se encuentra la familia o los individuos, hasta aspectos relacionados con el arrojo, la suerte, etc. La marginalidad o la exclusin y la vulnerabilidad en amplios sectores de poblacin en las sociedades contemporneas estn directamente ligadas a una estructura econmica y social que no garantiza la integracin social y que se ha venido configurando a partir de un modelo de desarrollo en el que priman el mercado y los principios del individualismo a la par que desestimula el papel del Estado en la intervencin social y econmica. En el enfoque analtico de las sociedades incluyentes, la nocin central es la de ciudadana plena, que se contrapone a esa fuerte tendencia de la exclusin social y econmica como patrn caracterstico de la sociedades actuales, al proponer la garanta de los derechos polticos, civiles y sociales, como condicin para avanzar en la construccin de sociedades inclusivas, integradas, democrticas y menos inequitativas e individualistas. En esta perspectiva, un supuesto importante es que la vinculacin al mercado laboral, la participacin en la marcha de la sociedad y el acceso a salud, educacin, seguridad social, vivienda, en su conjunto, no solo aseguran una buena calidad de vida para los individuos y sus familias, sino que, permiten la construccin de un ethos cultural en el que adquieren prioridad valores como la cooperacin y la solidaridad. Minujin al referirse a la pertinencia del debate sobre las virtudes y lmites de un modelo centrado en el mercado y la necesidad de avisor alternativas, plantea una reflexin que bien puede resumir la propuesta de sociedades incluyentes en los siguientes trminos: Cabe advertir que no se trata de nostalgias del pasado, de Estados paternalistas y burocrticos, dbiles democracias y fuertes dictaduras, sino de recuerdos del futuro, con prioridad en lo pblico, el la inclusin social, en la ciudadana emancipada, en los derechos humanos.  El enfoque de las sociedades inclusivas se caracteriza entre otros por los siguientes aspectos: Realiza una fuerte crtica a los modelos de desarrollo prevalecientes en Amrica Latina -basados en el Consenso de Washington y en el Consenso del Mercado-, por considerar que estn dando lugar a un incremento y diversificacin de situaciones de vulnerabilidad que se pueden cristalizar en sociedades fuertemente excluyentes social y econmicamente. Postula como una de sus hiptesis centrales que estamos lejos de tender a sociedades integradas, sino que por el contrario, el fraccionamiento y la exclusin son crecientes. Sin embargo, tampoco se trata de una dualizacin de la sociedad, de excluidos vs incluidos, pobres vs ricos. La situacin es mucho mas compleja. Inequidades tradicionales se suman a otras nuevas, produciendo una dinmica social en la cual los individuos y las familias luchan por integrarse o no ser excluidos, en un marco de creciente desproteccin y debilitamiento de los canales de inclusin. Propone un marco analtico, el de exclusin, vulnerabilidad e inclusin, que permitira abordar la problemtica social y plantear alternativas al actual modelo. Los rasgos mas importantes de este marco los sintetiza Minujin de la siguiente manera: a) Se constituye a partir del marco dado por los derechos polticos, civiles y sociales como elementos bases para la construccin de una ciudadana plena y de sociedades integradas. Esto tiene implicaciones directas en la visin poltica, la formulacin de polticas pblicas y programas sociales, etc. b) Esta directamente ligado con la ciudadana. En este sentido, permite relacionar la esfera social con la poltica, civil y econmica en un todo interactivo. c) Toma en consideracin los aspectos econmicos y los sociales de manera explcita e interrelacionada. d) Se refiere a la sociedad como un todo interactivo, evitando el habitual riesgo de mirar slo al extremo de los excluidos o los pobres, sin referirse al resto de la sociedad. Complementa y potencia el anlisis de la pobreza. e) Permite incorporar el dinamismo que caracteriza las actuales relaciones sociales. La posibilidad de definir distintas esferas de inclusin-exclusin, lo que da lugar a diferentes y cambiantes situaciones de vulnerabilidad. f) Incorpora las nuevas condiciones de desigualdad bajo un esquema integrado con las desigualdades que histricamente vienen sufriendo los sectores relegados. g) Es observable empricamente y puede ser utilizado para orientar polticas pblicas desde el concepto de derechos, considerando a la poblacin excluida y vulnerable no como objetos de poltica, sino como sujetos. El marco de anlisis de la inclusin/exclusin permite ver que mas all de las carencias materiales inherentes a la pobreza, existen una serie de obstculos sociales, polticos, econmicos y culturales que impiden la plena incorporacin de los individuos a la sociedad. Estos obstculos estn presentes desde el comienzo mismo de la vida e implican desventajas que se van acumulando hasta crear situaciones de vulnerabilidad, marcando as el camino hacia la exclusin. Surge de esta manera la preocupacin por los nios, nias y jvenes como poblacin prioritaria para implementar acciones que, teniendo a la Convencin Internacional de los Derechos del Nio como referente, frenen el proceso de acumulacin de desventajas y conduzcan hacia sociedades inclusivas y democrticas. Apostar en la direccin de las sociedades incluyentes tiene implicaciones en diferentes mbitos: En la formulacin de polticas pblicas sociales y econmicas plantea una reorientacin en la perspectiva de que se ocupen de los aspectos que generan la desigualdad social como son la redistribucin del ingreso y la riqueza, que se centren en la igualdad y el empleo, y para ello el papel del Estado ocupa un lugar central; Que se considere a la poblacin excluida y vulnerable no como objeto de polticas, sino como, sujetos de derechos y deberes; Que se de prioridad a la problemtica de inclusin social, integrada en el marco de una creciente expansin de la ciudadana, en particular, en el mbito de los derechos sociales y de la democracia; Que se garantice el respecto a todos los derechos de nios y nias, de manera que, se construya ciudadana no solo para la infancia sino desde la infancia y se frene el proceso de acumulacin de desventajas que conduzcan al surgimiento o reproduccin de situaciones de vulnerabilidad o exclusin. Por otro parte, la propuesta de ciudadana plena invita disear e implementar polticas pblicas y programas que tomen en consideracin un criterio de integralidad, en el sentido que en la definicin de estrategias para enfrentar los problemas generados por la desigualdad incorporen las diferentes dimensiones de la ciudadana -social, poltica y civil- de manera interrelacionada e interdependiente. Este aspecto es clave en las decisiones de poltica pblica, pues se contrapone a la idea de la sectorialidad y de soluciones que operan sobre una parte del problema como resultado de una comprensin engaosa del mismo. Para finalizar quiero traer como ejemplo una definicin del concepto de jvenes vulnerables acuado por El Gobierno Colombiano en el documento Evaluacin de los programas para nios y jvenes vulnerables preparado para el Banco Mundial en el ao 95. Dice as: Los nios y jvenes vulnerables estn comprendidos en edades desde la poca del nacimiento hasta el final de la adolescencia, con una gama muy variada de necesidades de desarrollo y capacidades, as como contando con la disponibilidad de varias clases de apoyo social para fomentar un desarrollo sano. Por vulnerables, nos referimos a aquellas personas que enfrentan altos riesgos identificables, que pueden impedir su desarrollo como adultos sanos y econmicamente autosuficientes. Una perspectiva de desarrollo que empieza al principio de la niez. REFLEXIONES FINALES Es evidente que la sociedad siempre ha construido representaciones sociales acerca de lo que es ser joven y de las maneras como los adultos debemos relacionarnos con ellos. Ello no solo ha limitado las posibilidades de los y las jvenes de ser ellos mismos, sino que tambin, niega las oportunidades de establecer nuevas formas de relacin, de adentrarnos en sus mundos y conocer que piensan, que sienten, que quieren hacer... Creo que no se trata de hacer la apologa de posturas leasseferistas frente a los y las jvenes ni de reivindicar aquellas otras que conceden un lugar privilegiado al adulto en cuanto a que su experiencia, conocimiento, madurez psicolgica y tica le den atributos para definir las formas cotidianas de vida y sentidos vitales a las relaciones de los y las jvenes y con los jvenes. Se trata en mi opinin de abrir espacios intersticiales que posibiliten construir conjuntamente, desde la diferencia y la equidad, el sentido de la vida y de la sociedad, y emprender caminos que desde el presente generen oportunidades para las actuales generaciones y las que han de venir. En esta perspectiva, las salidas a las encrucijadas que marcan las actuales tendencias hacia sociedades profundamente excluyentes, conflictivas, y fragmentadas, es cuestin no solo de los adultos, del Estado o de las instituciones, sino un compromiso y responsabilidad que nos atae a todos y todas, que no excluye el conflicto como elemento dinamizador y que nos coloca la onerosa tarea de construir lo pblico como espacio de encuentro, como posibilidad para definir elementos comunes que permitan apuntar en una misma direccin. Esto supone sin lugar a dudas, que unos y otros redefinamos nuestros lugares, tanto a nivel cultural como en las prcticas sociales e institucionales. Supone adems, imaginar y recrear un ethos cultural que se fundamente en el valores y principios como la tolerancia, la solidaridad, el respecto a la diferencia, la equidad no solo de oportunidades sino tambin de simetra en las relaciones sociales. Pero ante todo, implica ser conscientes de los riesgos que asumimos si renunciamos a la posibilidad de marcar nosotros mismos nuestra historicidad. Quiero cerrar con un fragmento citado por Catalina Turbay en su Versin Preliminar del Mdulo Integracin de infantes y adolescentes a la familia, la comunidad y la sociedad en la perspectiva de la proteccin integral a los derechos de la niez, cuya autora es de Joseph Gosse: HACERLO SIMPLEMENTE Un joven vendedor se acerc a un campesino y le empez a hablar con entusiasmo sobre el libro que llevaba. Este libro le dice todo lo que usted necesita saber sobre el campo. Le dice cundo sembrar y cundo cosechar. Lo informa sobre el clima, qu esperar y cundo esperarlo. Este libro le dice todo lo que necesita saber. Joven, le dijo el campesino, ese no es el problema. Yo s todo lo que hay en ese libro. Mi problema es hacerlo. ANEXO 1 NORMAS LEGALES EXPEDIDAS EN COLOMBIA A LO LARGO DEL SIGLO XX 1920 se expide la Ley 98 que crea los juzgados, casas de reforma y correccin para menores y la figura del juez de menores para juzgar a menores de edad que han cometido delitos o infracciones . 1946 se expide la Ley 83 Orgnica de la Defensa del Nio, con la cual se inicia a nivel nacional la proteccin del menor como servicio pblico y, se crea el Consejo Nacional de Proteccin Infantil. 1964 se crea al interior del Ministerio de Justicia El Consejo Colombiano de Proteccin Social del Menor y de la Familia en reemplazo del Consejo Nacional de Proteccin Infantil, y se reorganiza la Divisin de Menores. 1968 mediante la Ley 75 se crea el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. 1979, se expide la Ley 7 que otorga por primera vez una serie de derechos a la niez, como la educacin, a no ser discriminados por ilegitimidad, a tener asistencia mdica, a su rehabilitacin en caso de haber cometido algn delito y a la proteccin del Estado en caso de abandono. 1989 se expide el Cdigo del Menor, en el que se recogen las disposiciones anteriores actualizndolas y creando nuevas disposiciones en materia de proteccin al menor y a la familia. Sociloga, Asistente de Investigacin Corporacin Juan Bosco- Cali. Citado por Morn Cristina en: TALLER DE HOMOGENEIZACIN DE CONTENIDOS EN EPIDEMOLOGA. La epidemiologa y su mtodo. Documento electrnico. LUENGO, Mara de los ngeles y otros. LA PREVENCIN DEL CONSUMO DE DROGAS Y LA CONDUCTA ANTISOCIAL EN LA ESCUELA: ANLISIS Y EVALUACIN DE UN PROGRAMA. Universidad de Santiago de Compostela, SF. Ejemplo de ello es el Programa Presidencial RUMBOS en el tema del consumo de spa; el Programa PARCES de DESEPAZ de la Alcalda de Cali en el tema de jvenes en conflicto. Harrell Adelle y otros. EVALUACIN DE LOS PROGRAMAS PARA NIOS Y JVENES VULNERABLES. Noviembre de 1995. Mimeo. COBO, GUERRERO Adelina. La estigmatizacin social del joven en alto riesgo. En: SIMPOSIO NACIONAL JOVENES EN ALTO RIESGO. MEMORIAS. Corporacin Juan Bosco. Medelln, 1997. OSPINA, MALLARINO PAULINA. UNA MIRADA A LAS NIAS EN LAS INSTITUCIONES DE PROTECCIN, 1997. Pg. 11. Mimeo. Ver anexo 1. Este sesgo originario planta dos problemas: que la proteccin se conciba como una sumatoria de acciones y se plantee de manera segmentada hacia la prevencin, la atencin curativa o remedial y la atencin resocializadora o reeducativa. Cdigo del Menor, Art. 28 JIMENEZ, CABALLERO, Carlos. EVALUACIN DEL PROGRAMA: MENORES EN CIRCUNSTANCIAS ESPECIALMENTE DIFCILES. INFORME. Mimeo, Agosto 19 de 1993. Pg. 29 PROYECTO DE REFORMA AL CDIGO DEL MENOR. Sistema de responsabilidad penal juvenil. Documento de Trabajo. Santaf de Bogot, abril de 1999. pg. 14. Se estima que 191 Estados la han ratificado, convirtindola en el instrumento jurdico en derechos humanos de mayor aceptacin en el mundo. Ejemplos en ambas direcciones son la creacin en 1919 del Comit de Proteccin de la Infancia por la Sociedad de las Naciones, la promulgacin en 1923 de la Declaracin de Ginebra, la suscripcin en 1927 por diez pases de Amrica del acta de fundacin del Instituto Interamericano del Nio, la adopcin por unanimidad el 20 de noviembre de 1959 por la Asamblea General de las Naciones Unidas de la Declaracin de los Derechos del Nio, la proclamacin del Ao Internacional del Nio por la Asamblea General de las Naciones Unidas para celebrar el vigsimo aniversario de la Declaracin de los Derechos del Nio y alentar a que sea aplicada. Vase: Breve cronologa del proceso que condujo a la Declaracin de los Derechos del Nio. En: LOS DERECHOS DE LOS NIOS, LAS NIAS Y LOS JVENES. Apostando al futuro. FUNDACIN FORO POR COLOMBIA. Serie Construyendo Ciudadana, Cartilla No.3, Noviembre de 2001, pg. 36 y 37. La visin de objeto se expresa por ejemplo en la doctrina de la situacin irregular en restriccin del menor de ser escuchado y su opinin tenida en cuenta para decidir sobre su vida, pues era discrecionalidad del Estado definir su situacin, a travs de la figura del juez de menores. Para ampliar la informacin sobre esta discusin puede consultarse: Proyecto de Reforma al Cdigo del Menor. Sistema de Responsabilidad penal juvenil. Documento de Trabajo, Santaf de Bogot, abril de 1999, pg. 17 a 21. Esta variable ha llevado por ejemplo, a que en la agenda programtica del 2002 el ICBF se plantee como meta de esta vigencia Fortalecer las estrategias que garanticen el fomento de la cultura de los derechos. Pg. 8. Filgueira, Carlos H. ESTRUCTURA DE OPORTUNIDADES Y VULNERABILIDAD SOCIAL APROXIMACIONES CONCEPTUALES RECIENTES. CIESU, 2001. Minujin, Alberto. VULNERABILIDAD Y EXCLUSIN EN AMRICA LATINA. En:Todos Entran: propuesta para Sociedades incluyentes, seccin II, Coleccin cuadernos debate. Eduardo Bustelo y Robert Castel (Editores), Colombia 1998, pg.169. Ibid, pg. 174. Se refiere a Amrica Latina. Minujin, Alberto. VULNERABILIDAD Y EXCLUSIN EN AMRICA LATINA. En:Todos Entran: propuesta para Sociedades incluyentes, seccin II, Coleccin cuadernos debate. Eduardo Bustelo y Robert Castel (Editores), Colombia 1998, pg. 184. Esta nocin de ciudadana implica un compromiso recproco entre el Estado y los individuos, en cuanto el primero tiene la obligatoriedad de garantizar y proteger los derechos individuales y colectivos, y los segundos tienen el deber de asumir un compromiso activo con el destino de la sociedad , que se interesen por los diversos aspectos del desarrollo, que se no se restrinjan a sus actividades privadas, sino que concurran en el espacio pblico para incidir en los destinos colectivos. Minujin, pg. 165. Vase al respecto: STEWART, Frances. LA INSUFICIENCIA CRNICA DEL AJUSTE. En: TODOS ENTRAN. Propuesta para sociedades incluyentes. SECCIN I. UNICEF, COLECCIN CUADERNOS DE DEBATE. Eduardo Bustelo y Robert Castel (Editores), Colombia, pg. 25 a 117. Minujin, Alberto. VULNERABILIDAD Y EXCLUSIN EN AMRICA LATINA. En: TODOS ENTRAN. Propuesta para sociedades incluyentes. SECCIN I. UNICEF, COLECCIN CUADERNOS DE DEBATE. Eduardo Bustelo y Robert Castel (Editores), Colombia, pg. 168. Ibid, pg. 193 y 194. Harrell Adelle y otros. EVALUACIN DE LOS PROGRAMAS PARA NIOS Y JVENES VULNERABLES. Noviembre de 1995. Mimeo. Aproximacin a una tipologa de los enfoques y conceptos en el trabajo con jvenes Carmen Rengifo C., 2002 ,-./01gJKɳ|;OJQJCJ6>*5:;OJQJCJ6>*55>*6CJOJQJ:;:;OJQJCJ6>*5+jU0J;OJQJCJ6>*5:;;OJQJCJ6>*5:;5>*6CJOJQJ;OJQJCJ5>*6;;OJQJCJ6>*50WY-/EFZtu ǹ}}rg\\OJQJCJ6>*5OJQJCJ6>*5OJQJCJ5>*6OJQJCJ6>*5;OJQJCJ6>*5;OJQJCJ6>*5:;OJQJCJ6>*56 OJQJCJ:;OJQJCJ6>*5:;OJQJCJ6>*5:;OJQJCJ6>*5;:;OJQJCJ6>*5;OJQJCJ6>*5# kFG'(""$$''(())++++,,,,:-ʿ OJQJCJOJQJCJ6>*5OJQJCJ5>*6OJQJCJ6>*55OJQJCJ>*56OJQJCJ>*56"jU0JOJQJCJ6>*5OJQJCJ6>*56OJQJCJ6>*54:-;-<---g.h. /////0k1l133&5'5(5.5/5774:5:;;<>>@@AAAAA C CCCԷ~ss~~OJQJCJ6>*5OJQJCJ6>*5"jU0JOJQJCJ6>*5OJQJCJ6>*5CJOJQJCJ6>*5CJ6OJQJCJ6>*5 OJQJCJOJQJCJ5>*6OJQJCJ6>*5OJQJCJ6>*56%jU0JOJQJCJ6>*56)CDDD%F&FuFFFFF]H^HJJJfLgLLLLOOOOQQRRTTTTgUWWXYZ}[~[[[[9\:\a\b\\\ʽհհհ՞Փ՞Վ՞OJQJCJ6>*5OJQJOJQJCJ6>*5"jU0JOJQJCJ6>*5OJQJCJ6>*55OJQJCJ5>*66OJQJCJ5>*6OJQJCJ6>*5"jU0JOJQJCJ6>*5OJQJCJ6>*5CJ1\*]_]]]^L^^^____2a3aaabbddeeffhhjjjjrlsl|o}o~ooooNrPrƻuhOJQJCJ6>*5CJOJQJCJ6>*5CJ6OJQJCJ65>*6"jU0JOJQJCJ6>*5OJQJCJ6>*5OJQJCJ6>*5CJOJQJCJ6>*5OJQJCJ6>*5OJQJCJ5>*6OJQJCJ6>*56OJQJCJ6>*5OJQJ5>*6CJ(PrQrSrAtBtCtttuuUvVvyyyyyc{d{||/~0~#$&tuiSde+,PQab*+st%&6Փ֓ڲڲڧڲڲڲğOJQJCJ56OJQJCJ5OJQJ5>*6CJ"jU0JOJQJCJ6>*5OJQJCJ6>*5OJQJCJ6>*5OJQJCJ6>*5 OJQJCJ&jU0JOJQJCJ6>*5CJ:֓דړۓ֘טßğde#$)*9RLLM%'(+,CDq>?H^`acõĵ`a&'abef_`dνOJQJCJ55 jU0JOJQJCJ5CJOJQJCJ5CJ OJQJCJOJQJCJ56OJQJCJ5jU0JOJQJCJ5F/2o̼z}ν\_QѿҿԿտBChi6op\]ɾɾOJQJ5>*6CJ%jU0JOJQJCJ6>*56OJQJCJ6>*5CJOJQJCJ6>*56OJQJCJ6>*5OJQJCJ6>*5jU0JOJQJCJ56OJQJCJ56OJQJCJ5OJQJCJ560<2STUjk(01bopq4$>:;z{89XYop23ST23黶OJQJCJ6>*55>*6CJOJQJOJQJOJQJjU0JOJQJOJQJCJ6>*5OJQJCJ6>*5OJQJCJ6>*56OJQJCJ6>*55>*6CJOJQJ=rsrsmnIcf CJOJQJ OJQJCJOJQJOJQJjU0JOJQJ,-./01gdd$dd$JKWY-/Edd$dd$EFZtu k & Fdd$dd$kFG'(""$$''dd$ & Fdd$ & Fdd$'(())++,,--g.h.////0k1l133.5/5774:5:;;dd$;>>@@AAAAA C CCCDD%F&FFF]H^HJJfLgLLLOOdd$OQQRRTTTTgUWXYZ}[~[[ dd$ & Fdd$ & Fdd$ & Fdd$ & Fdd$ & Fdd$ & Fdd$dd$[[[a\b\\\*]_]]]^L^y & Fdd$ & Fdd$ & Fdd$ & Fdd$ & Fdd$ & Fdd$ & Fdd$ & Fdd$dd$ L^^^__2a3aaabbddeeffhhjjjjrlslooodd$ & Fdd$ooRrSrAtBtCtttUvVvyyyyc{d{||/~0~ & Fdd$ & Fdd$ dd$ & Fdd$dd$0~%&tuiSde+,PQabdd$dd$ dd$ & Fdd$b*+st%&ړۓ֘טßğde)*+$+,>?Hbcõĵ&'ef_`/ & F$ & F$ & F$ $$z\ԿտBChiopdd$ & F$ & F$ & F$ & F$$ $\]<STUjk(01bopq4 & Fdd$dd$dd$4$>:8Xodd$$ & Fdd$ & Fdd$ & Fdd$ & Fdd$ & Fdd$2S2rrmIcdef$$dd$/ =!"#z $0$MMfA$uCrEf@2E@$MMfA$urlEf@2E@$MMfA$uq9Ef@2fE@$MMfA$uqEf@2fE@$MMfA$uoqEf@2fE@$MMfA$u8qEf@2fE@$MMfA$uq]Xmp}JE$E@$M;QE@$MMRoot Entry FCompObjjOle 1TableSummaryInformation((WordDocument!*