Inauguramos este rincón de la novela policial para comentar novelas y cuentos de suspenso.
Defendida por Borges y Chandler la novela policial se sigue escribiendo y leyendo. Esperamos también que los amantes del género nos envíen sus sugerencias.
Rincón de la novela policial (Buenos Aires) Araceli Otamendi A partir de esta edición se incorpora la sección “Rincón de la novela policial”. Los semianalfabetos, dice Raymond Chandler, maestro del género policial, no leen a Flaubert y los intelectuales no leen la bazofia de moda. Pero todo el mundo o casi todo, lee novelas de misterio de vez en cuando y un número sorprendente de personas prácticamente no lee otra cosa. También Borges ha defendido a la novela policial: En un reportaje dijo “En cuanto a los méritos del género policial, creo que serían éstos: “En un libro policial pocas cosas pueden estar entregadas al azar: esas ficciones tienen que tener un principio, un medio y un fin (cualidades que Aristóteles admiraba en la Ilíada y en la Odisea). Aristóteles dijo que un poema sobre las diversas empresas de Hércules no tendría la unidad de la Ilíada, ya que su única unidad estaría en el hecho de que un solo protagonista ejecuta las hazañas, un mismo héroe mata a las harpías y al león o libera a Prometeo. En cambio, la novela policial tiene unidad, y ello es fundamentalmente importante en nuestro tiempo.” Acerca de los motivos para esa afirmación, Borges dijo: “Porque en nuestro tiempo la literatura es muchas veces un mero ejercicio de la vanidad de los autores, quienes se proponen sólo sorprender. A veces leemos poemas breves que no tienen ninguna unidad: nuestra época cultiva deliberadamente la incoherencia. Los relatos policiales aunque despreciados por muchos, tienen la virtud de recordar a los autores que la obra de arte debe tener un principio, un medio y un fin. Fenelón, hablando del orden, dijo que era lo más raro en las operaciones del espíritu, y los autores de ficciones policiales, buenas o malas, han recordado a nuestro tiempo la belleza y la necesidad de un orden y de una regularidad en las obras literarias.” Empezamos con “A de adulterio” de Sue Grafton y “Mi madre, Yiya Murano” de Martín Murano. “A de adulterio” Sue Grafton Editorial Tusquets La autora norteamericana Sue Grafton viene escribiendo desde hace varios años esta serie de novelas policiales, donde cada libro empieza con una letra distinta del abecedario. La detective Kinsey Millhone, personaje creado por Grafton, responde a las características de los detectives de la novela negra, si recordamos a Phillipe Marlowe, el detective de las novelas de Raymond Chandler, aunque en una versión femenina y actualizada, acorde con esta época. A de adulterio es la investigación del asesinato de un abogado conocido por sus aventuras sentimentales. Casado dos veces, la segunda mujer es acusada del asesinato de su marido y pasa ocho años en la cárcel hasta que obtenida la libertad encargará la investigación a Kinsey. Como en toda novela policial se muestra en la novela las facetas más débiles y oscuras de una sociedad. Con prosa ágil, apta para los amantes del género defendido por Borges y Chandler. ................... Mi madre, Yiya Murano Martín Murano Editorial Planeta El libro, editado en 1994, se consigue en Buenos Aires en las librerías de la calle Corrientes por “la módica suma” de $1. La realidad supera a la ficción, es un dicho y se cumple ampliamente en este libro basado en hechos reales y escrito por el hijo de Yiya Murano, protagonista de un famoso caso policial. Acusada de haber envenenado a tres mujeres, nunca confesó haberlo hecho y pasó varios años en la cárcel. Martín Murano, su hijo, se atrevió a narrar la historia de su madre, de una personalidad compleja y dramáticamente atractiva. La protagonista de la historia nunca se privó de tener amantes ni dinero mientras entretejía una trama de mentiras entre ella, el marido y sus relaciones. El autor no necesitó recurrir a Marcel Schwob y sus vidas imaginarias, en casa parece haberse abastecido de todo el material para construir una buena historia policial. El libro es interesante además por el protagonismo de Martín Murano, víctima desde chico, según cuenta, de la telaraña de falsedades urdidas por Yiya.