(Buenos Aires) Araceli Otamendi
Según Borges la novela policial tiene fecha de nacimiento: 1841 y su inventor, dice es Edgar Allan Poe, quien en ese año escribió “The Murders in the Rue Morgue” (el escritor argentino prefiere traducirlo como “Los crímenes de la calle morgue” en lugar de “Los asesinatos en la calle Morgue”). Entre otras cosas, Borges reconoce una virtud en las novelas policiales, y es que la obra de arte debe tener un principio, un medio y un fin. En cuanto al futuro de esta clase de literatura Borges dijo que en el género policial hay mucho de artificio pero que una vez agotadas todas las posibilidades del género, la novela policial tendría que volver al seno común de la novela y apuntó hacia algunas obras clásicas: Macbeth de Shakespeare, las novelas de Dostoievsky, entre ellas “Crimen y Castigo”. La misión de la novela policial, dijo Borges puede ser recordar las virtudes clásicas de la organización y premeditación de todas las obras literarias.
Esta compilación incluye, además de los cuentos de horror como El gato negro, La caída de la casa Usher, Ligeia, William Wilson, Un descenso al Maelström, Manuscrito encontrado en una botella, El pozo y el péndulo, La máscara de la muerte roja, otros policiales como Los crímenes de la Calle Morgue, La carta robada y El escarabajo de oro. También se incluye un cuento humorístico: El sistema del doctor Alquitrán y el profesor Pluma. Y como cuento fantástico, se publicó en este libro "El retrato oval".
También hay una guía de preguntas sobre los cuentos del libro, que seguramente podrán utilizar los profesores o los mismos lectores.
Según Jorge Emilio Nedich, que prologa el libro: "Poe muere en Baltimore en 1849, después de haber sufrido una intoxicación alcohólica. En la literatura y en la vida de Poe puede haber marcas claras de una gran neurosis, pero esto no quita que las circunstancias, además de muy doloras, no hayan sido voluntarias, ni es ilícito pensar que en su neurosis puede estar la génesis de su genialidad. También podría pensarse que la neurosis aceleró un fin que a su vez lo lanzó a su destino póstumo de inmortalidad. Sin embargo hay una certeza indiscutible: a este destino de posteridad y trascendencia sólo se llega con un talento superior".
(c) Araceli Otamendi
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