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“Profe. ¿Qué es eso? ¿Esa música vieja aquí?” fue la opinión de varios adolescentes, cuando un estudiante del curso de licenciatura, futuro profesor de español colocó “La barca”, un bolero cantado por Luis Miguel, en la clase donde realizaba sus prácticas de enseñanza.
La intención del profesor al usar un bolero en su clase de lengua extranjera no podemos decir que fuese poco acertado. El ritmo característico de los boleros y la casi siempre clara dicción de sus cantantes, hace que éste sea un género musical muy usado sobre todo con alumnos de nivel inicial.
Por supuesto, podemos pensar que todo eso no basta para que sean esenciales en las clases. Por un lado, hay otros tipos de canciones que reúnen esas características (como por ejemplo: “Estoy enamorado”, en su versión original en español por Donato y Estéfano), y por otro lado, a los alumnos jóvenes, en principio, les gusta más cantar canciones movidas más modernas (por ejemplo: “A 1000 por hora”, de Lynda). En uno u otro de estos ejemplos, además de las características ya mencionadas, hay otro factor que influye en su aceptación, que es el haber “sonado” como éxitos en un pasado no muy lejano, cosa que normalmente no ocurre con algún bolero en estos momentos en Brasil.
Existen otros tipos de canciones que también reúnen las características de léxico adecuado, buena dicción y poseen un ritmo que las hace muy propicias para su explotación didáctica en las clases de nivel inicial, aunque el alumno tal vez no las haya escuchado nunca. Entre éstas, podemos citar “La historia de Juan”, de Juanes [1] o “Me gustas tú”, de Manu Chao [2].
Los boleros son “sentidos” como músicas más antiguas, sobre todo por los alumnos más jóvenes, como en el caso relatado al inicio de este comentario, pero eso no quiere decir que no valga la pena el intento de usarlos en nuestras clases, sobre todo los interpretados más modernamente por Luis Miguel (“La barca”, “No me platiques”, “Usted”, “Contigo en la distancia”, “Te extraño”, “La puerta”, “Por debajo de la mesa”, etc.). Podemos mencionar otros cantantes actuales como Alejandro Fernández (“Si tu supieras”, “No sé olvidar”, “Loco”, “Si tu no vuelves”, etc.), Cristhian Castro (“Vuélveme a querer”, “Mi vida sin tu amor”, “Lo mejor de mí”) y Manuel Mijares (“Maria Bonita”, “Ansiedad”). |

Alejandro Fernández, mexicano. | La triste noticia que circuló el mundo el veintidós de enero pasado sobre el fallecimiento de la mexicana Consuelo Velásquez, autora entre muchas otras composiciones del bolero “Bésame mucho” considerado una de las canciones más famosas del mundo, puede servirnos de motivo para que los alumnos aprendan, a través del tema de la música, un poco más sobre la cultura y la lengua española, así como percibir que décadas atrás hubo intensas relaciones culturales entre Brasil y muchos de los países latinoamericanos y los boleros en esa época eran muy conocidos.
El canal hispano Univisión homenajeó a su autora en 1999 y declaró a “Bésame mucho” como la “canción del siglo”, traducida a más de veinte idiomas y considerada como la canción que más versiones tiene en el mundo.
Aquí está su letra:
BÉSAME MUCHO (Consuelo Velásquez, 1941)
Bésame, bésame mucho, como si fuera esta noche la última vez. Bésame, bésame mucho, que tengo miedo perderte, perderte otra vez.
Quiero tenerte muy cerca, mirarme en tus ojos, verte junto a mí, Piensa que tal vez mañana yo ya estaré lejos, muy lejos de ti.
Bésame, bésame mucho, como si fuera esta noche la última vez. bésame mucho, que tengo miedo perderte, perderte después.
Curioso es que esta canción Velásquez la compuso con veinte años de edad cuando todavía no había dado su primer beso.
Si el profesor decide presentar este bolero en su clase le recomiendo que primero cree un interés previo en sus alumnos (sobre todo si son alumnos jóvenes). Eso vale para el trabajo en general con canciones que no son conocidas o de moda. Con este bolero, por ejemplo, pudiera escribirse en la pizarra la frase “La canción del siglo en español”, para preguntar a sus alumnos si conocen cuál es esa canción. Después el profesor puede preparar la actividad que prefiera o mejor convenga en sus clases.
Yo no soy proclive a usar en las canciones los archiconocidos y muchas veces exhaustivos rellenados de huecos con estructuras gramaticales. Prefiero que el alumno tenga el placer de escuchar las canciones y normalmente propongo, si es que propongo, que la actividad sea muy sencilla y rápida, y de preferencia creativa. Me interesa más que el alumno disfrute con la experiencia a que aprenda muchas estructuras gramaticales. En el caso de “Bésame mucho” podemos proponerle pensar en cómo quedaría la canción si cambiamos el verbo besar por otro como querer, abrazar o mirar, y cuál variante les parece que queda mejor o les gusta más.
Por otro lado, podríamos pedirle a los alumnos más jóvenes que investiguen si sus padres, abuelos u otros familiares escuchaban boleros en su juventud. También pueden indagar si esos informantes recuerdan cuál es el tema tratado en ellos, la letra de alguno de ellos o cantarlo si fuera posible para grabarlo y buscar después más informaciones. En esa búsqueda de informaciones podría percibirse que los boleros tampoco son cosa rara entre cantantes brasileños actuales como Alexandre Pires (con por ejemplo, “Se ela me amasse”).
Al investigar se verá que el tema es sólo uno, el amor: el amor inicial, el dolor por el amor perdido, pero siempre el amor, en cualquiera de sus formas, como puede verse en este fragmento de uno de los boleros más antiguos:
En el tronco de un árbol una niña
grabó su nombre henchida de placer
y el árbol conmovido allá en su seno
a la niña una flor dejó caer.
Yo soy el árbol conmovido y triste,
tú eres la niña que mi tronco hirió,
yo guardo siempre tu querido nombre
¿y tú que has hecho de mi pobre flor?
Un poco de historia
La historia del bolero como género musical también es muy interesante. Contrario a lo que muchos piensan en Brasil de que es mexicano, probablemente debido al renombre internacional de Luis Miguel con sus modernas versiones, el bolero nació en realidad en Cuba, en la segunda mitad del siglo XIX, más específicamente en la región de Santiago de Cuba (cuna de muchos otros ritmos cubanos) y se acepta que el primer bolero es “Tristezas”, escrito por José “Pepe” Sánchez en 1886.
En la década del veinte el bolero se funde con el son cubano para formar el bolero-son bailable y común en los clubes de la época, y cuyas influencias podemos ver en muchas baladas románticas más modernas. Existen muchas otras variantes: bolero-mambo, bolero-cha, el feeling, bolero ranchero, (este último de México), entre otros.
El bolero se conoció en la Península de Yucatán, México, al parecer debido a las compañías de teatro musicales que llegaban a esa península. La primera partitura mexicana que se conoce data de 1913. El bolero también se difundió por muchos países del área del Caribe y llegó a Brasil y lugares más alejados como Chile o Argentina.
Algunos de sus muchos autores son: los cubanos Gonzalo Roig, Ernesto Lecuona, Miguel Matamoros, Cesar Portillo de la Luz, José Antonio Méndez, Barbarito Diez, Benny Moré; los mexicanos Agustín Lara, Rafael Hernández, Roberto Cantoral, María Grever, Consuelo Velásquez y Armando Manzanero, por sólo citar a algunos de los más representativos en los dos países más importantes y sin menoscabar los muchos otros renombrados intérpretes y autores.
Un bolero más
Otra precoz pianista e igualmente famosa compositora ha sido la cubana Isolina Carrillo, autora de “Dos gardenias para ti”, un bolero también muy conocido, compuesto en 1947 y que fue una especie de himno en España y México, donde conquistó el premio Ariel por mantenerse durante dos años en el primer lugar de las preferencias [3].

DOS GARDENIAS PARA TI
Dos gardenias para ti Con ellas quiero decir Te quiero, te adoro, mi vida. Ponles toda tu atención Porque son tu corazón y el mío.
Dos gardenias para ti Que tendrán todo el calor de un beso De esos que te di Y que jamás encontrarás En el calor de otro querer.
A tu lado vivirán y te hablarán Como cuando estás conmigo Y hasta creerás Que te dirán te quiero.
Pero si un atardecer Las gardenias de mi amor se mueren Es porque han adivinado Que tu amor se ha marchitado Porque existe otro querer.
En la página para recursos Elenet podemos ver una propuesta de actividad sencilla con esta canción publicada por la profesora Nieves Gurbindo, que me parece muy interesante [4].
Como decía antes, si conseguimos despertar en nuestro alumno joven el placer por escuchar o por lo menos aceptar las diversas versiones de ese género musical que formó y forma parte de nuestra cultura y también de la de él, creo que habremos cumplido nuestro objetivo.
Notas:
[4] Actividad con “Dos gardenias para ti” publicada en Elenet.org por Nieves Gurbindo: http://www.elenet.org/aulanet/actividad.asp?idseccion=22&id=328&clave=1101062004
Si quieres saber más sobre la historia de los boleros, puedes consultar este artículo de la revista Mosaico "Si tú me dices ven... El bolero" http://www.sgci.mec.es/be/media/pdfs/articulos/Mosaico065.pdf |
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